viernes, 4 de mayo de 2012

Reteniendo Al Espíritu…

Hace aprox. 3 semanas, estaba pensando mucho en esto…Si!!!...Hace 3 semanas porque no puedo escribir tan seguido (es Dios quien ordena los tiempos).

Que pasaba? Pues siempre que alababa a Dios y/o estaba en la iglesia, la felicidad, el gozo era y es taaaan inmenso que me daban ganas de hacer muchas cosas, sea levantar muy alto mis manos, cantar a voz potente, pararme si estaba sentada, decir “algo”, etc…Venían muchas cosas por hacer en ese momento pero el temor y vergüenza me retenían…Y yo dejaba que lo haga :( …

Un domingo por la tarde que conversé con Mechita, ambas salimos muy edificadas y aprendimos diversas cosas. Una de ellas fue respecto a eso. Me di cuenta que no tenía sentido  dejar de hacer cosas que sentía y que el Espíritu me movía a hacer solo por lo que vayan a pensar los demás.

Muchas veces, y es algo que he visto que a muchas personas nos sucede, pensamos por el otro. Hacemos algo o pasa algo y yaaaaaaaaaaaaa estamos pensando lo que supuestamente el otro piensa…Pero no! El otro ni siquiera lo esta pensando :/ …He llegado a creer que eso también es pecado. Quienes somos para pensar de esa manera respecto al otro?

Como Meche me decía, debemos dejar fluir lo que el Espíritu de Dios nos esta mandando a hacer. Los otros pueden pensar o decir lo que deseen. La persecución siempre existirá aun dentro de la misma iglesia, pero nosotros no buscamos agradar a los hombres sino a Cristo.
Ahora sé que NO debo dejar de hacer lo que el Espíritu me esta mandando. Sea por mis complejos, por mis miedos y /o vergüenza. Esa acción servirá siempre de edificación para otras personas. SIEMPRE. Porque? Por que no lo estas haciendo en tu carne sino en el Espíritu.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! Romanos 8:14-15
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:17-18

No hay comentarios:

Publicar un comentario