La verdad que andar en Cristo es toda una aventura. A pesar de no ver más allá y no saber lo que vendrá, es el Espíritu Santo quien nos va dando discernimiento y revelación...

Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Hechos 20:22-24.
Que maravillosa experiencia...Ser prisioneros de Cristo por voluntad propia, atados en su Espíritu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario