Camino Hacia La Santidad!!!...

Desde hace muuuuuuuuuuuuucho ando meditando respecto a esta frasecita…

Todo empezó cuando leía detenidamente 1 Corintios…

Wow! Dije…Yo también estoy llamada a serlo. He entendido y aprendido que todo es un proceso. Un proceso largo y difícil pero estamos llamados a ser santos! Santos como nuestro Padre!

Esto me hace recordar a una frase que leí en el libro de Gayle Erwin-El Estilo de Jesús, en donde decía::: De tal Padre, Tal Hijo…Asu! ¿Cuántos pudiéramos decir eso respecto a nuestro Padre Celestial?

Cuando entré al trabajo en donde estoy todo iba bien pero poco a poco empecé a dejar que ciertas cosas del mundo se metan en mí…(Ver post::: Manos a la obra! Hay mucho por hacer!) De hecho no son súper retrocesos pero aquellas cosas no formaban parte del proceso santificatorio de Dios. 

El Espíritu Santo siempre suelta su alarma cuando estoy cometiendo algo en contra de Él, así que eso me permite mantenerme alerta, pero una de las cosas en las que, prácticamente lo había callado jejeje, era respecto a mentir en el trabajo. Muchas veces tras una llamada tenía que decir “X” no está…Cuando si estaba!!!...

Que feo…Eso estaba contaminándome y también me ponía mal cada vez que lo hacía, sé que el Espíritu de Dios se ponía triste…Estaba yendo contra Él…Él es verdad…

El pensamiento::: ¿Qué más da si todos lo hacen? Me había estado dando vueltas en la cabeza y le había estado haciendo caso, razón por la que aplacaba la alarma del Espíritu…

Si!!! Puede que todos lo hagan pero yo no!!! Estoy en mi proceso de santificación y eso no me ayuda! :/ …

Además…¿Qué es mejor? ¿Agradar a Dios o a los hombres?

Todo es una lucha, si, pero también forma parte el darnos cuenta  de esas pequeñas manchitas que están por ahí y dejarlas de lado.

Sé que estoy en una carrera…Sé que formo parte de ese camino…El camino hacia la Santidad!

…a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. 1 Corintios 1:2