Toda esa semana estaba intentando poner MIS planes sobre los de Dios. No sé porque esta situación se me hace taaaaaaaaan conocida jijiji.
Dios me había permitido compartir el día anterior con una joven de Puerto Rico que había tenido una vida muy similar a la mía. No me refiero a los sucesos, sino más bien a la actitud.
Cuando ella contaba cómo había dejado de hacer y/o hecho muchas cosas que tal vez no entendía y, en algunos casos no quería, solo por obedecer a Dios me sentía tan identificada. Empezamos a narrar diferentes situaciones en las que habíamos dicho NO a nosotras mismas y SI a lo que Dios mandaba. Que gozo tan grande sentí al conversar con esta joven que podía entenderme! Que gozo sentí cuando Dios me estaba mostrando a través de las palabras de ella: Hey! No eres la única!!! Sigue haciendolo!!!

Por esta razón, el día domingo lloré y oré en arrepentimiento a mi Padre, cambiando el rumbo de mis pensamientos, actitudes e intenciones del corazón, soltando lo que quería retener y dando lugar, nuevamente, a lo que Dios deseaba para mí.
Una frase de la hermana quedo grabada en mi: Si Dios es eterno y conoce todo, ¿Por qué no he de hacerle caso a lo que me manda? Es como estar en medio de un examen con un profesor que te diga todas las respuestas. Tu le harás caso confiadamente porque él conoce más que tu. De la misma manera Dios.
Y es que a veces, tras vivir día a día una vida de fe, empieza dentro de ti cierto temor pues vas dándote cuenta que lo que Dios va pidiendo es cada vez mayor. De modo que dices: Oh Señor! Cual será el próximo paso de fe? Y es ahí en donde, si pones en balanza toooodo lo que tienes, evaluas y surge cierto temor, es porque estas empezando a poner TUS anhelos sobre los de Dios.
Así que ánimo!!! Continúa la carrera sin desfallecer! Sabiendo que en todo el mundo muchos hermanos están muriendo a sí mismos...Igual que tu!!! :)
Sed sobrios, y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 1 Pedro 5:8-9.