Si bien es cierto, Dios pone en mi corazón apoyar y servirle
con el ánimo y gozo que solo viene de Él, sin embargo, en mi mente, el enemigo me
atacaba diciendo que no era nadie para hacer lo que estaba haciendo o decir lo
que estaba diciendo…Es cierto! No soy nadie, pero soy una hija de Dios que
llena de su Espíritu es capaz de obrar de mil formas…De maneras que Él desea!!!
Pero por momentos me dejaba invadir por esos pensamientos::: ¿Qué estaba
haciendo?...¿Para que estaba yo ahí si no servía para nada? ¿En qué podía ser
útil?...
Empecé a pedir más por los dones del Espíritu Santo…No sé si
tenga algo que ver, pero siempre he tenido problemas de autoestima (por ahí
escuche que el cristiano no debe tener autoestima porque es NADA, todo es DIOS)
sin embargo eso me llevaba a hundirme más y más en ese momento…Empezando a
bajar la mirada y centrándome en lo que yo podía hacer me daba cuenta de que no
era capaz de hacer nada-de-nada…No estaba alzando la vista!!! Solo me estaba
dejando llenar por esas ideas!!!
Fue cuando en medio de todo eso, Dios abrió mis ojos y teniendo
misericordia de mi me mostró una realidad que si bien es cierto, creo que todos
conocemos o sabemos, hizo que la viera de manera más profunda.

Siiiiiiiiiiiiiiiii!!! ¿Qué era lo que estaba haciendo? Mis
ojos se estaban yendo por donde no debían.
Desde hace unos meses Dios ha puesto muchas personas a mi
alrededor por las cuales he estado orando, compartiendo y perseverando en hacer
lo que Él desea. Personas no solo de la iglesia donde estoy, sino también
amigos de infancia, personas del trabajo, amigos del colegio, y también
aquellos sueltos que no pertenecen a algún lugar específico. Me sorprendo al
ver como Dios ha puesto personas en mi camino y me ha permitido ministrarlas
con ayuda de Él, sin embargo estaba olvidando y dejando de lado todo eso.
Dios trajo a mi una frase proveniente del capítulo 25 de
Mateo::: En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré.
¿Qué estaba pensando? ¿En qué había caído? ¿Qué cosas estaba
permitiendo entrar a mi vida y dejando que me distraigan? ¿Qué estaba haciendo
con lo que Dios había puesto en mi camino?
Ayer hablé con Brian, el pastor de mi iglesia, fue corta la
conversación pero me sirvió de mucho. Reconocí que estaba dejando entrar cosas
de este mundo a mi vida, y no necesariamente cosas conocidas como “super
carnales”, sino cosas aparentemente minúsculas y la verdad, no quiero eso.
No quiero conformarme a un estado de cristianismo pasivo. No
quiero tolerar el pecado. Estoy en una carrera. Todos estamos en una carrera.
Una vez que ya hemos conocido a Dios entramos en el proceso santificatorio.
Aquel proceso que cuesta pero que estamos llamados a seguir. Yo quiero estar
muy pegada a Dios para aprender cada día de Él y ser cada vez más como Él!!!
Ahora…Qué estas haciendo con lo que Dios ha puesto en tu
camino? No perdamos el enfoque. Mira detenidamente a tu alrededor y date cuenta
lo mucho que tenemos por hacer de la mano de Dios. Recuerda, nada es
casualidad!!!
Manos a la obra! Hay mucho por hacer!