La historia del Señor con cada uno de nosotros empezó antes de la fundación del mundo…El Señor fue quien desde el vientre de nuestra madre nos eligió…
Después de esto, mi historia comienza así…
Nací y crecí en un hogar cristiano…Mis padres, mis hermanos y yo asistiamos a una iglesia…Pase toda mi niñez participando y aprendiendo cada vez más del Señor…Hoy recuerdo como disfrutaba los momentos que pasaba junto a Dios…Él llenaba completamente mi vida…Junto a mis amigos participabamos en teatro, coreografías, mimos, etc…Llegada la adolescencia mi enfoque empezó a cambiar…
Cuando vienen pruebas y tentaciones y no estás lleno del Espíritu Santo ni lo suficientemente firme en el Señor, empiezas a tambalear y poco a poco te vas alejando de Él…En un comienzo no lo ves tan grave porque empiezas por pequeñas cosas, pero cuando menos lo esperas, miras tu vida y no sabes como llegaste hasta ese punto…Hasta ese extremo…
Cinco años de mi vida, mas o menos, estuve alejada de Cristo. En un comienzo no lo veía tan grave y empezar a jugar y a probar cosas hicieron que poco a poco caiga en un abismo.
Recuerdo que de pequeña siempre oía testimonios de personas que se habían alejado de Dios y yo siempre le pedía a Él que si en algún momento eso me pasaba, que por favor tenga misericordia de mi, que siempre me hable y me regrese a sus caminos…Hoy puedo decir que Dios fue siempre fiel conmigo…
Recuerdo la vez que le llore a mi papá diciendole que me deje en paz y que me deje hacer con mi vida lo que yo quería…Era lo mismo que le había dicho a Dios al darle la espalda…
Estando alejada de Cristo no podía mirarle la cara. Cuando fui conciente de todo lo que había hecho me daba vergüenza hablarle y acercarme a Él…Intentaba “arreglar” las cosas o conseguir la aprobación de Dios modificando algunas de mis actitudes y dejando cosas que yo conocía que estaban mal…Sin embargo, en el fondo sabía que nada de eso era suficiente…Sabía que debía aceptar que me había equivocado y rendirme completamente a Dios…Aún así me seguía esforzando por “mejorar” las cosas…
Casi al término de esos cinco años, las cosas se volvieron peores en mi vida…Mi mente, mis pensamientos y mi corazón habían sido llenados con miles de cosas, cosas que no estaban conforme a los caminos de Dios…Mi vida no tenía ningún sentido ni valor a pesar de que intentaba llenarla con diversas cosas…Me había vuelto completamente ciega y había olvidado todo acerca de mi primer amor…
Como siempre digo…Dios permitió que caiga hasta el fondo para darme cuenta la diferencia que existe…Para aprender muchas cosas y de ahí rescatarme y tenerme nuevamente entre sus brazos, de donde nunca debí haberme salido…Con mi vida hecha pedazos y mi corazón lastimado, Dios estaba dispuesto a tomarme otra vez…
Los cinco años que estuve alejada de Cristo, de las amigas que tuve, Dios mandó una en especial, Zulma Ruth Abanto Bustinza…Cristiana…A través de la cual siempre me estuvo hablando…
El último año que estuve alejada de Cristo y también alejada de mi amiga Zulma por motivos de la universidad, Dios mando una amiga, Rosa Rojas y un amigo, Miguel Rodríguez, cristianos ambos, estando con ellos en el mismo grupo todo el año…Hablandome también a través de ellos…
Totalmente hundida, lastimada, avergonzada y temiendo ser rechaza y juzgada, decidí hacer caso y voltear hacia aquella voz que me decía: Mírame, solo ven… Cuando me decidí a hacerlo me encontré con Dios cara a cara…Después de esto, vi al mismo Dios de amor del cual me había alejado por necia…Y encontré a mi mismo papá que siempre estuvo orando por mi…
